Más de medio centenar de personas entre activistas, músicos, bailarines y simpatizates protestaron en tono festivo en el carnaval de este año. Con pocos medios y mucha concienciación, reciclando cartones y sacando de donde no había, un viejo Land Rover, se convirtió en una central de coincineración andante. Orgullosa, una chimenea, reminiscencia de "Colmox, S.A.", se erigió desafiante sobre el vehículo. Al toque de sirena, el axfisiante humo comenzaba a salir por ella, y toda la gente, en una performance espontánea, se tiraba al suelo ante la alarma...el problema surgió cuando la chimenea comenzó a arder de verdad y, a poco más, alguno que otro, termina en urgencias... un ejemplo más de que, incluso a pequeña escala, la incineración puede acabar en tragedia.
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